Es fácil detectar a las personas que creen este mito, son aquellas que a los 14 años (o 16 en mi caso, ejem…) les sale su primer bigote y simplemente no se lo quieren afeitar. Yo en lo personal tuve un amigo que anduvo años sin afeitarse y lo peor es que un bigote no del todo crecido se ve simplemente sucio. Todo es culpa de este mito tan arraigado en algunos. Tan arraigado que incluso muchos sitios médicos lo señalan como verdad.
Han habido muchos estudios científicos que han demostrado que el pelo no crecerá más rápido, grueso u oscuro al afeitarlo. El más antiguo es un ensayo clínico de 1928 que demostró que el afeitarse no afecta el crecimiento del pelo. Cuando los investigadores afeitaron ciertas partes de algunas personas, no todas, no encontraron ninguna diferencia en la rapidez con que el pelo crecía en ambos grupos (afeitados y no afeitados).
Se nota que este no lee el blog
El secreto para entender este mito es saber de verdad qué sucede cuando uno se afeita. Al afeitarse se remueve la parte muerta del pelo, no la sección viva que se encuentra bajo la superficie de la piel. Al no tocar la zona que es la real encargada del crecimiento del pelo es muy poco probable que al afeitarse se afecte el tiempo de crecimiento o el cómo luce. En contraste, la depilación y otras formas de afeitarse que tiran el pelo de la zona debajo de la piel sí pueden alterar la rapidez del crecimiento del pelo ¿Entonces por qué se sigue creyendo que la acción de afeitar es la que tiene la culpa?
Es muy probable que sea una ilusión óptica. Cuando afeitas con una navaja deja el pelo con un final en punta (o afilado). Como estos pelos afeitados no tienen la forma cónica de los pelo no afeitados parece que el pelo es más grueso (pero no lo es). También puede dar una sensación más dura al tocarlo por el final en punta. También los nuevos pelos no han sido aclarados por el sol u otros productos químicos, por lo que se verán inicialmente más oscuros.
Imagínate, si fuese cierto no estaríamos llenos de pelados