Una de las torturas que recuerdo cuando chico, era la espera luego de comer para poder ir al agua (ya sea piscina, lago o mar). Eso porque ciertos padres de un niño cuyo nombre empieza con “f”, decían que al menos había que esperar 3 horas (nisiquiera 1) ¡Me mintieron!
Me decían (y a otros muchos de niños, de seguro) que podría sufrir un calambre que me incapacitara para seguir flotando y moriría. La verdad es que no hay pruebas que respalden esto. Se investigó de casos de gente que haya muerto -o casi muerto- ahogada en estas circunstancias (afectadas por un calambre luego de comer) y no se encontró nada. Claro, esto no prueba que nunca haya pasado, pero sí prueba que no hay respaldo que lo convierta en un peligro real.
De hecho muchas asociaciones como la Academia Americana de Pediatras y la Cruz Roja no tienen recomendaciones en este aspecto. Ya por el año 1961 un grupo de fisiólogos expertos en ejercitación decían que la idea de sufrir calambres mientras se nadaba luego de comer, era cuestionable.
Pero… ¿Es posible sufrir calambres porque tu estómago está ocupado en digerir la comida? Es verdad que el sistema digestivo canaliza más sangre para poder cumplir su tarea, en desmedro de tus músculos. Y es por eso que uno se siente “raro” luego de comer mucho. El asunto es que, aunque te diera un calambre, es muy poco posible que te incapacite completamente. Es por eso que si te da un calambre mientras nadas, simplemente debes salir y descansar un poco.
El mejor consejo, más acertado que el de no nadar tantas horas luego de comer, es siempre nadar en zonas seguras, sobretodo si son niños.