Bueno, el mito de que la goma de mascar se queda en tu estómago no es tan espeluznante comparado con la sandía que te crecería si tragabas una pepa de la fruta. Pero, claro eso no es un mito, si no más bien un cuento para asustar niños (como el que yo era). Bueno, Enfoquemosnos en lo primero, porque, por suerte, también es mentira.
La goma de mascar esta compuesta por una base de goma, endulzantes y saborizantes. La base de goma es algo bastante difícil de digerir, está compuesta por una mezcla de elastómeros, resinas, grasas, emulsionantes y ceras (suena sabroso, ñamm). En la mayoría de los casos tu estómago será incapaz de “separar” estos elementos. El azúcar y los endulzantes es posible que sean absorbidos, pero todo el festival de cosas raras (ceras, resinas, etc.) son resistentes a los jugos gástricos. Entonces cuando el estómago dice “¡Hey, me aburrí, no puedo digerir esta mierda”, pasamos al segundo camino.
Nuestro sistema digestivo tiene un sistema alternativo para aquello que no puede desintegrar, total hay muchas cosas que comemos que no podemos digerir bien. La goma de mascar bajará por los intestinos y terminará en el water en un par de días. Por muy pegajoso que sea el chicle, nuestro sistema digestivo le dice “Es tu turno de salir”.
En raras ocasiones es posible que el tracto digestivo se bloquee por un exceso de goma de mascar, pero claro, nadie es tan imbécil para tragar 10 chicles en un día… no espera, sí, hay gente así. Aun así, tragar un chicle no te traerá problemas. Eso sí, mantente fuera de competiciones por quién come más en un minuto.